Un buen día Soledad se dio
cuenta de que ya no recibía cartas de sus amigos y familiares, con quienes, en
otro tiempo, solía mantener una correspondencia habitual.
Últimamente el contacto con su
gente se limitaba a e-mails, muy bonitos algunos, graciosos y divertidos otros, como no también, y estos siempre por
parte de amigos hombres, subiditos de tono. Los hay con mensaje que te hacen pensar,
con preciosos paisajes y música otros……….pero……..todos
impersonales. Sin un, siquiera, “hola, que tal estas?”.
Naturalmente ella también había
perdido esa costumbre.
Esto le hizo pensar en sus
tiempos infantiles y juveniles, en los que, por encontrarse fuera de su entorno
por motivos académicos, o por vacaciones fuera de su lugar de residencia, recibía
cartas de sus amigas del alma que le contaban como la Srta. Tal que daba
literatura francesa, se estaba quedando excesivamente delgada, y que eso “por
supuesto” era debido a que se había enamorado. Que un día, al terminar el
colegio, la siguieron, tooooodas en tropa, para ver donde iba y que hacía. Todo
esto sin que la Srta. En cuestión se enterase.
Que bendita inocencia!!!!! Os imagináis
una “tropa de niñas adolescentes” siguiendo a su profesora, y que esta no se
enterase?
Grititos varios, un: esperad,
que se ha parado!!! Vaaaaaamos que sale!!!!
También le contaban que fulanito
no hacía más que preguntar cuando volvía. Que cuando quedaban, a las 5 de la
tarde de esos fantásticos sábados, y todas se ponían de acuerdo como vestirse (y por supuesto lo relataban con pelos y
señales, y que por otra parte también parecía que llevaran uniforme como el
resto de la semana, solo que con colores…), y cuando llegaban los chicos ya
habían planeado si comían pipas en el parque, o iban al cine, o………..dependiendo
del tiempo que hiciera, pero que NINGUNA tenía que separarse del grupo. Y si a
la vuelta a casa, a las 9 de la noche, algún amigo se quedaba despidiéndose un
poquito más en la puerta de casa, a los 5minutos ya estaba el teléfono echando
chispas: Que te ha dicho? Por qué se ha quedado? Y se te ha acercado? Y de que habéis
hablado?................. y así horas, y
tu mama: pero se puede saber que estáis hablando? No habéis estado juntas hasta
hace 10 minutos? No estáis todos los días juntas? Pasa algo que no pueda
esperar a mañana?
Y claro, todo esto se lo
contaban a Soledad en interminables misivas, que leía una y otra vez todas las
noches antes de dormirse, y que al día siguiente recreaba con sus nuevas amigas.
Por supuesto también estaban
esas otras cartas que le escribían sus papas, sus primos, que en muchos casos
también se encontraban muy lejos en distancia, pero tan cerca al recibo de las
mismas.
Las de sus papás siempre eran
muy entrañables, recordándole lo mucho que la querían y cuanto se acordaban de
ellas (Soledad tenía una hermana, Rocío, que siempre estaban juntas allá donde
fueran, apenas se llevaban 2 años de diferencia, aunque cada una recibía su
propia carta), que estudiara mucho y
aprovechara la oportunidad que la vida le estaba dando, que se portara bien,
que cuidara de su hermana, que fuera educada y cariñosa con todo el mundo….. En
fin, todas esas cosas que suelen decir los padres, y que, realmente, las
entiendes y les das valor al paso de los años. Pero a Soledad lo que más le
gustaba era cuando su papá le contaba lo que hacía, los sitios que visitaba, y
que ella podría hacerlo cuando fuera un poco mas mayor. Personas que había
conocido y algún cotilleo.
Pero para eso, los cotilleos, estaba
su mamá. Qué gran experta!!!! Soledad se reía mucho cuando su mamá le contaba
que había estado con sus primas Mercedes, Carmen y María, que eran como
hermanas para ella, y también estaban estudiando en un internado inglés, y le
contaba que estaban muy tristes, que no les gustaba la comida, que la
disciplina era excesiva………… excepto en esto último, que por otra parte en aquellos
años era muy normal, su mamá se equivocaba del todo. Entre ellas también se
carteaban………… y se lo pasaban bomba tanto unas como otras.
Y qué decir de esas primeras
cartas de “amor”?!?! OoooH!!!
-Querida Soledad: que tal estas,
yo bien. Estudiando mucho. También me han seleccionado para el equipo….bla,bla,bla.
……. El otro dia estuvimos……. La próxima vamos….. Bueno, Sole que me acuerdo
mucho de ti, y que……..bueno que ya enseguida nos vemos.
Y, Soledad dormía con las cartas
debajo de la almohada, porque el Recibo de la Presente, le unía a su mundo, a
su gente