La Radio siempre ha sido
cómplice en mi vida.
Recuerdo mis tiempos de
estudiante cómo me acompañaba durante las largas noches de estudio. Esas en las
que, pretendíamos estudiar todo un trimestre en una semana. Era ese sonido de
fondo que hacía que, ni te concentraras ni escucharas lo que decían, pero que,
en un momento determinado, de repente, se te encendiera el pilotito rojo,
y…acción: algo se acababa de decir que hacía que prestaras toda tu atención a
esas voces, casi siempre maravillosas. Un comentario jocoso, un dato
“altamente” relevante en relación a algún músico, película o actor del que eras
en ese momento fan incondicional.. Incluso a veces hasta prestaba atención al
relato de una biografía, anécdotas de historia o algún suceso noticiable, raro,
porque era más interesante distraerse con la “mosca “de turno, pero sucedía. Y
curiosamente, ciertas de las informaciones oídas, las recordaba tiempo después.
A ver si van a ser verdad esos estudios que dicen que lo que se asimila y oye
antes de acostarse se recuerda mejor?
Aunque nunca perdí del todo ese
contacto, si hubo unos años en los que no le presté mucha atención. Y cuando lo
hacía era para oír única y exclusivamente la música del momento, y a todo
trapo. Estaba ocupada en otras lides
muuuucho mas atrayentes.
Con el paso de los años, y por
motivos que ahora no vienen al caso, retomé su “uso”, y, realmente su disfrute.
Mis horarios de escucha
comenzaron por ser ya al atardecer y, sobre todo, nocturnos. Hacía un autentico
zapping radiofónico, cambiando el dial según el horario. Buscaba principalmente
programas que tuvieran entrevistas, información general, música, y, por qué no,
algún chascarrillo que otro. En definitiva, entretenimiento pero con …estilo,
con clase, con educación, con cultura. Y con esas voces atrayentes y mágicas que
te enganchan. Difícil eh? Sí, y más en los tiempos que corren desde hace unos
años. Pero no imposible.
Hace un tiempo encontré el
programa perfecto. Sí, así, como por casualidad.
Tenía todo lo que buscaba, y,
algo más. Ya que estamos en la era de la comunicación por redes sociales, también
contaba con su página en el facebook, lo que suponía una interacción total con
el programa. En directo. Sí, también. Podías opinar libremente, y a veces esos
comentarios eran leídos en antena. Pero lo que sí sucedía era que tus
comentarios en la página eran respondidos por los demás participantes (y
evidentemente tú hacías lo mismo).
Grande, absolutamente grande. Lo
que me divertía. Los debates tan interesantes que se formaban. Lo que aprendía diariamente.
Y, sobre todo los amigos tan maravillosos que hice. Pero ese es otro capítulo,
que por su importancia, merece mención aparte.
Fue una pena, pero el programa
lo quitaron de la parrilla.
Y ahora, amante de la radio sin
redención, vago de cadena en cadena, como alma en pena, buscando algo parecido,
porque
ME GUSTA LA RADIO
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